jueves, 22 de marzo de 2012

La Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas

La Ilustración española del siglo XX (1907-39):
La Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas




La Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas fue un organismo muy relevante en la vida cultural europea consiguió sacar a España del secular atraso en que se encontraba en el siglo XIX, pero se ha ido perdiendo su legado, por ello es necesario volver la vista atrás para encontrar nuestras raíces, y poder seguir aprendiendo de nuestros maestros[1]. Hoy en día aun sigue siendo recordada en revistas de gran impacto científico, como el artículo publicado en Nature en 2008 donde se recordaba a la JAE como ejemplo de desarrollo cultural [2].

Para responder ¿qué fue la JAE?, ¿quién la cimentó?, ¿a hombros de quien fue creciendo?, tenemos que dar un salto en el tiempo hasta 1876. Empezaremos mirando al Madrid de finales del Siglo XIX, concretamente al 29 de Octubre en la calle Esparteros Nº 9, allí un hombre sembraba la semilla del cambio, D. Francisco Giner de los Ríos ponía en marcha la Institución Libre de Enseñanza “ILE”, que hoy en día sigue existiendo renombrada como Fundación Francisco Giner de los Ríos.

A finales del Siglo XIX los profesores se limitaban a repetir lo que los textos decían, evaluando al alumnado en función de su capacidad memorística. D. Francisco Giner y otros muchos profesores iniciaron un proceso de cambio educacional para formar a nuevas generaciones basándose en un pensamiento racional, crítico, renovando las metodologías educativas[3]. Uno de los muchos cambios destacables fue la abolición de los castigos físicos, o la inclusión en la docencia de gran cantidad de actividades extraescolares. Hubo muchas reformas, procedentes de la corriente filosófica krausista (Kraus fue un filósofo que inspiró a Giner y sus compañeros a dar un giro al concepto de pedagogía). La ILE pretendía ser un centro donde se ofreciese una alternativa al modelo de formación dogmática, ofreciendo una educación más racional que pudiese formar un ser humano capaz de enfrentarse a los cambios que la sociedad necesitaba. Quisieron dejar bien claro en sus estatutos como entendían la educación [artículo 15 de los estatutos de la ILE], el cual se reproducía en la cabecera del boletín que la ILE empezó a editar a los cuatro meses de su constitución[4].

“La Institución Libre de Enseñanza es completamente ajena a todo espíritu e interés de comunión religiosa, escuela filosófica o partido político; proclamando tan solo el principio de la libertad e inviolabilidad de la ciencia, y de la consiguiente independencia de su indagación y exposición respecto de cualquiera otra autoridad que la de la propia conciencia del Profesor, único responsable de sus doctrinas”.

En la ILE, a través de su boletín, participaron algunas de las más grandes mentes contemporáneas, como: Bertrand Russell, Charles Darwin, D. Santiago Ramón y Cajal, Miguel de Unamuno, H. G. Wells, Rabindranath Tagore, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado Álvarez, Manuel y Antonio Machado, José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón, y un largo etc.

La semilla del cambio acabó por desembocar en la constitución de la JAE el 15 de enero de 1907, por orden del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas artes[5]. Para la constitución de la Junta se reunieron a algunas de las mentes más privilegiadas que han existido en España, D. Santiago Ramón y Cajal, Echegaray (ambos premios Nobeles), Sorolla, Torres Quevedo entre otros. En este acto D. Santiago fue nombrado presidente y trató de transmitir a la Junta el espíritu de superación y perfeccionamiento propios de él. Ya desde sus inicios tenía muy claro cómo iba a  orientarse la Junta. Actuó con absoluta dedicación, interesándose hasta por el último detalle de lo que allí se decidía; esto lo dejó bien claro en la reunión de la Junta de 8 de Enero de 1929.

[…] los investigadores españoles que no deben buscar en los laboratorios prebendas sino los medios estrictamente necesarios para sus pesquisas y para poder vivir. Proceder de otro modo es fomentar el parasitismo del cual todos tenemos desgraciadamente demasiados ejemplos, el parasitismo de laboratorio.

La Junta se centró en sus primeros años en la ampliación de estudios, con el objetivo que nuestros profesores e investigadores se formaran en el extranjero y posteriormente volvieran a España a aplicar lo aprendido y transmitirlo a estudiantes e investigadores. Pero aquel proyecto iniciado en 1907 empezaba a necesitar de una mayor dimensión; se requerían infraestructuras para que los investigadores que retornaban de sus pensiones pudieran aplicar lo aprendido; para esto la Junta empezó creando dos grandes instituciones el Centro de Estudios Históricos (CEH, fundado el 18 de Marzo de 1910 [6], dirigido por Ramón Menéndez Pidal) y el Instituto Nacional de Ciencias Físico-Naturales (INCFN, fundado el 27 de Mayo de 1910 [7], dirigido por D. Santiago Ramón y Cajal).  
Desde 1910 hasta 1939 muchos fueron los centros que se existieron; se pueden agrupar en: investigación en humanidades CEH (contó con varias secciones que se fueron creando y desapareciendo); investigación en Ciencias INCFN (agrupo centros preexistentes como el Museo Natural de ciencias Naturales, el Real Jardín botánico o el Laboratorio de Investigaciones Biológicas además de otros que se construyeron para ampliar la Junta); el Instituto Escuela, proyecto docente con la ILE como referencia; Residencias de estudiantes (Residencia de estudiantes y de señoritas), donde se alojó y formó la generación del 27, entre muchos otras grandes personalidades de la ciencia. Todo este desarrollo contó con centros colaboradores que permitieron el intercambio cultural a nivel nacional e internacional; algunos centros como el Instituto Internacional [8] ayudaron a desarrollar proyectos como la residencia de señoritas. Otra importante colaboración fue con la Fundación Nacional para Investigaciones Científicas y Ensayos de Reformas (FNICER), creada por el gobierno de la II República Española para ayudar en el proceso de descentralización de la investigación para potenciar el desarrollo de todas y cada una de las zonas de la nación. Otra parte del trabajo de la Junta fue el desarrollo y cooperación con América, donde se mandó un equipo de profesores e investigadores, como resultado se crearon Instituciones culturales en Argentina, Cuba, Uruguay, Puerto-Rico, México, USA, fomentando el intercambio universitario.  La investigación y el desarrollo fueron las piedras angulares de la Junta, muestra de ello son algunos de los avances que se desarrollaron en el laboratorio de Mecánica Industrial y Automática, perteneciente al INFCN. Se desarrolló el primer aparato conocido para ejecutar órdenes a través de un mando a distancia, modificó y mejoró el Zeppelín, diseñó una máquina algebraica (calculadora) y desarrolló el primer ajedrecista automático, inventos todos ellos que se han integrado en nuestra vida cotidiana sin saber que fueron desarrollados por una de las mentes más brillantes de nuestra historia.

Uno de los grandes logros de la Junta además de sus tremendos avances en el conocimiento, fue la integración de la mujer en la sociedad; un ejemplo lo tenemos en Felisa Martin Bravo primera mujer doctorada en física que realizó importantes estudios sobre los Rayos X. Este trabajo tuvo uno de sus momentos más relevantes con la colaboración entre la residencia de señoritas y el Instituto Internacional, con el objetivo de promocionar a la mujer mediante la educación y la investigación. En 1920 Mary L. Foster llego a España para colaborar y cofinanciar con la Junta la constitución de un laboratorio de química.

Hasta hace relativamente pocos años no se comprendía en nuestra sociedad la importancia de explicar los descubrimientos de más alto nivel a toda la sociedad en un lenguaje que sea comprensible y que no pierda el rigor, sin embargo la Junta dio a la divulgación una gran importancia; un buen ejemplo de ello lo tenemos con Alberto Jimenez Fraud, uno de los últimos discípulos de Francisco Giner y responsable del desarrollo de la Residencia de estudiantes; allí se creó una revista cuatrimestral de divulgación llamada “Residencia” con gran éxito de crítica y público. Otro de los grande ejemplos de divulgación y alfabetización fueron las “Misiones pedagógicas” a cargo de Manuel Bartolomé Cossio, y coordinados entre otros por Antonio Machado. Iban por los pueblos enseñando y alfabetizando, coordinándose con los profesores de cada pueblo, fomentando la constitución de bibliotecas, proyecciones de cine, actuaciones teatrales, etc.

La Junta fue todo esto y mucho más, alfabetización del pueblo, desarrollo científico y tecnológico, creación de infraestructuras, desarrollo de un país, admiración en la élite cultural europea, fue la generación del 27, fue un mundo de ideas y un mundo de actuaciones; fueron avances sociales y culturales, fue un organismo que murió joven con 32 años (1907-1939) y sin embargo consiguió gran cantidad de cambios. Aún hoy en día, muchos seguimos tratando de conocer la Junta más en profundidad para aprender de nuestros predecesores, aprendiendo para que nos sigan ilustrando y así seguir desarrollándonos como seres humanos completos preparándonos para afrontar los retos del nuevo siglo.

Ernesto Caballero Garrido


[1] Caballero Garrido Ernesto (coordinador). La Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas: historia de sus centros y protagonistas (1907-1939). Autor principal Mª Carmen Azcuenaga Cavia. Trea y Asociación Nacional de Estudiantes e Investigadores SIGLO XXI, 2010. ISBN 9788497044950.

[2] A new Silver Age?. Nature Vol 451 | Issue no. 7182 | 28 February 2008
[3] Escritos sobre la Universidad española. Francisco Giner de los Rios. Plaza ediciones; 1990.
[4] Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, año I, núm. 1, Madrid (7 de marzo de 1877).
[5] Real decreto que crea «una Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas», Gaceta de Madrid (15 de enero de 1907), 165-166
[6]Real decreto 18 de Marzo de 1910 constituyendo el CEH
[7]Real decreto 24 de Mayo de 1910 constituyendo el INCFN
[8]Cien años de la educación de la mujer española: historia del Instituto Internacional de Carmen de Zulueta (Madrid: Castalia, 1992)





1 comentario:

Anónimo dijo...

Este libro será presentado en el Fnac del Centro Comercial Nueva Condomina de Murcia el próximo 3 de Mayo, de mano del coordinador del mismo, el Doctor Ernesto Caballero, de seguro que será interesante.