(a propósito del tránsito de Venus que hoy martes 5 de Junio millones disfrutarán, experiencia que no volverá a repetirse hasta dentro de más de un siglo, recupero este escrito de hace algunos años)
Corría el año de 1874. En el
México independiente gobernado por el presidente Sebastián Lerdo de Tejada había
mucha algarabía por la participación de una delegación científica, liderada por
el geógrafo Francisco Díaz Covarrubias del Colegio de Minería para viajar al
lejano imperio Japonés y estudiar el tránsito del planeta Venus por el disco
solar, un fenómeno astronómico que ocurre en pares (con diferencia de 8 años
entre cada uno) y se repite cada 100 años. Todo un acontecimiento para la
época. La delegación mexicana ante la falta de vías de comunicación seguras y
apropiadas al Pacífico, viajó primero a Veracruz y de ahí a La Habana, para
luego ir a Filadelfia, Nueva York, atravesar los Estados Unidos y embarcarse
finalmente en San Francisco rumbo a Yokohama, Japón, a donde llegaron el 9 de
Noviembre de 1874, luego de un mes exacto. Ya en Japón, luego de algunos
inconvenientes, pudieron registrar con detalle el tránsito de Venus durante los
días 8 y 9 de Diciembre, en gran medida con un apoyo generoso del emperador
Meiji. Terminadas las observaciones volvieron al país en un recorrido que les
llevó por Asia, Egipto y finalmente a Francia, desde donde regresaron de vuelta
a Veracruz, llegando a la ciudad de México el 19 de Noviembre de 1875 con
honores de héroes y publicándose en los diarios nacionales reseñas de la hazaña
realizada que no era menor: fueron los primeros –dos años antes que la
delegación francesa- en publicar sus resultados, con gran detalle científico y
técnico.