martes, 30 de enero de 2007

¿Para qué divulgar?

Y al principio, todo fue curiosidad.
Isaac Asimov, “Introducción a la Ciencia”

Ciencia y tecnología se vuelven moda, regresando a los titulares de la mayoría de los medios como espectros del pasado, eso sí, periódicamente. A veces en intervalos bastante irregulares. Temas como el nuevo antigripal que estas tomando y no te causa efectos secundarios adversos, el reciclaje de los desechos en la universidad, la salida al mercado de la última generación de teléfonos celulares con “chip”, o el acercamiento planetario entre la Tierra y Marte, nos permiten debatir en la mesa de discusión con nuestras amistades y familiares y aportar nuestra muy informada opinión. Pero también nos sentimos perturbados al escuchar de las intenciones bélicas de una Corea del Norte con capacidad nuclear, o de los atentados terroristas en Irak e Israel, o más cercano, de la terrible contaminación que aqueja al Atoyac y a la presa de Valsequillo. O de los modelos económicos fallidos desarrollados por profesionistas con postgrados o, incluso, de lo malo que nos salió el DVD importado que no lee nuestros discos “originales” de veinte pesos.

La memoria personal y colectiva es selectiva e ingrata, motivo por el que no nos cuesta mucho esfuerzo dar la razón a nuestro interlocutor cuando se expresa terriblemente de la ciencia y la tecnología, citando a ambas como fuentes de todas nuestras desgracias sociales y personales. Y asentimos con profundidad, listos para unirnos a una cruzada mundial que permita arrebatar al mundo de las malévolas manos de los científicos y tecnólogos mientras aun queden esperanzas. Pero, ¿qué tan cierto es todo esto? Antes de que tomes tu antorcha y te encamines a prender fuego a los laboratorios y centros de investigación deberías detenerte y analizar cuidadosamente todo aquello que ciencia y tecnología te han dado: tu ropa, tus medios de comunicación, los alimentos que consumes, las medicinas que te curan, los espacios en que habitas. La lista sería interminable. Desdeñar lo que ciencia y tecnología nos han dado sería equivalente a volver a las cavernas, alimentarnos de frutos silvestres y andar desnudos (¡en esta época de lluvias!).

Este blog pretende sensibilizarnos en lo importante que son la ciencia y la tecnología en nuestro diario quehacer. Pretende ayudarte a redescubrir esa curiosidad infantil que te hacía preguntarte el por qué de las cosas. Ayudarte a ubicarte en el punto exacto desde donde puedas formarte una opinión más informada sobre ciencia y la tecnología, con una perspectiva social, económica e incluso política. Pero también pretende abrir nuestros ojos a todos aquellos “milagros” de la ciencia y tecnología que nos rodean, y que de tan cotidianos, no nos percatamos. En fin, pretende ser un espacio de divulgación científica y tecnológica. Ojalá y que con el tiempo, las plumas gentiles de otros interesados en este esfuerzo de divulgación, compartan en este espacio sus opiniones, sus ensayos, sus advertencias. Tu pluma tal vez. Bienvenidos.

1 comentario:

Alfonso M. Corral dijo...

Esperemos que este y otros blos de divulgación científica ayuden a mejorar la percepción negativa que se tiene de la Ciencia.

Por ejemplo, acabo de leer que ¡el 40% de los españoles piensa que la ciencia conlleva los mismos perjuicios que beneficios!