No ahorrando en gastos ni fatigas conseguí fabricar un instrumento tan excelente que las cosas con él vistas parecen casi mil veces mayores y más de treinta veces más próximas que si se observasen con la sola facultad natural. Sería ocioso enumerar la cantidad e importancia de las ventajas de dicho instrumento, tanto en los asuntos terrestres como en los marítimos. Mas desestimando las cosas terrenales, me entregué a la contemplación de las celestes, observando primero la Luna tan de cerca, como si se hallase a una distancia de apenas dos diámetros terrestres. Después observé repetidamente las estrellas, tanto fijas como errantes, con increíble gozo de mi ánimo, y viendo tanta abundancia de ellas comencé a pensar en el método con que poder medir las distancias entre ellas, hallándolo al fin, por lo cumple informar del mismo a cuantos deseen emprender observaciones de tal naturaleza...Este texto, extraído de El mensajero sideral de Galileo Galilei, ha sido escogido por la Universidad de Murcia para convocar su II Premio de Relato Corto sobre un Texto Científico. El plazo de admisión finaliza el 13 de marzo de 2009. Los interesados pueden consultar aquí las bases.
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